Recuerda, todos los precios son subjetivos. El mejor ejemplo de ello son los diamantes. Son simples piedras compuestas de carbón y sin embargo su valor no es ni el de una roca ni lo que vale el carbón. Las subastas también son otro buen ejemplo de como el precio de un objeto es tan subjetivo como los deseos, gustos o caprichos del consumidor que busca adquirirlo. No obstante, que el precio pueda ser ajustado subjetivamente, para que este sea aceptado por el consumidor siempre se deberá tener una explicación clara de porque debe ser ese precio. Un precio sin justificación no será aceptado tan fácilmente. Por ello, se recomienda que para establecer un precio se piense en:
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- Costo de remplazo: este se obtiene al calcular todos los costos necesarios para remplazar o crear un producto y/o servicio desde cero.
- Comparación de mercado: uno de los beneficios de encontrarse en un mercado con competencia, es que se puede observar que productos similares existen y en base a esto calcular un precio para el producto y/o servicio que se planea vender.
- Valor Presente Neto (VPN): significa calcular el valor monetario que tienen en el presente todos los costos, gastos e ingresos que se realizaron en el pasado o los que se generarán en el futuro, tomando en cuenta las tasas de inflación para hacer este ajuste financiero. Lo cual, da como resultado el Valor Presente del proyecto, producto, servicio, etc.
- Comparación de valor: es muy similar a la comparación de mercado, pero la diferencia es que se deberán de tomar en cuenta los beneficios y como estos son valorados por algún mercado es específico. Por ejemplo, las casas con escuelas cercanas serán más valiosas para personas que buscan formar una familia.
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